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Querido lector, hace tiempo que deseaba ofrecerte  algo más que reseñas literarias . Desde que comenzamos a encontrarnos aquí en el ...

30 sept 2009

Conversando con la autora

El Alfabeto Sagrado es una novela de ficción, de hecho se encuadra dentro de lo que actualmente se denomina thriller histórico pero, en realidad ¿qué significa eso?
Dentro del sector editorial, se engloba como “thriller histórico” a aquellas novelas que tienen una base histórica, bien porque utilizan personajes reales que han vivido tiempo atrás o bien porque se ambientan en sucesos del pasado.

En el caso de El Alfabeto Sagrado, la parte histórica hace referencia a los mandeos, un grupo religioso muy interesante que ya existía antes de la llegada de Jesucristo.

¿Por qué escribir sobre historia?
La historia siempre me ha fascinado. Se repite mucho la frase de que “si no conocemos nuestro pasado, estamos condenados a repetirlo”. Pienso que la sentencia es cierta, sobre todo en lo relativo a nuestros errores, y por eso ha sido un tema recurrente en mis lecturas. Además, la historia da mucho juego a la hora de crear novelas de ficción.

Pero no sólo has leído novelas históricas…
No, tengo que reconocer que suelo leer casi cualquier género y que de todos aprendo algo. Es cierto que en el pasado leía casi exclusivamente novela histórica. Autores como Robert Graves, Mika Waltari, Gisbert Haefs, Gore Vidal o Mary Renault me fascinaron con sus historias. Pero con el tiempo diversificas. Hubo una época en que me atrajo la ciencia ficción y leí a Orson Scott Card y a Arthur G. Clarke, entre otros; pero también Agata Christie, P. D. James o Patricia D. Cornwell me han atrapado con su narrativa.

¿Cuál de todas esas obras ha influido en mayor grado sobre ti y sobre tu forma de narrar?
Creo que no podría nombrarte una obra en particular. Todas ellas, de algún modo, han contribuido a que yo escriba como lo hago. Cuando lees una novela, es posible que la obra en su conjunto no sea excepcional, pero descubres que ha tratado la psicología de los personajes de una forma magistral, y te quedas con eso. Con otra obra puede suceder que lo que te atraiga sea la trama, la forma en que desarrolla la acción, o el suspense… Por ejemplo, de José Luis Sampedro me maravilla el tratamiento que da a los personajes, cómo cambian a lo largo de la obra; y de Stephen King, que es un autor diametralmente opuesto, admiro como consigue introducirte dentro de sus ficciones.

¿Qué autores actuales sueles leer?
Como te he comentado, casi de todo. A la hora de elegir un libro no discrimino por su temática; más bien, suelo hacerlo por su calidad. Una cosa es leer de todo y otra muy diferente es pretender disfrutar con obras mal escritas.

¿Qué es lo último que has leído?
Ahora estoy inmersa en la documentación de mi próxima novela y estoy leyendo algunas obras de Michio Kaku, sobre Universos Paralelos, la Teoría de Cuerdas... Pero que no se asusten los lectores, es sólo el punto de partida para hilar una historia atractiva, de acción…

Por tu tipo de narrativa, la acción de tu trama,… ¿con cuál de todos los autores que has leído te gustaría que te compararan?
Creo que cada escritor posee su propio estilo, y que escribe influenciado por las lecturas que ha leído pero también por las circunstancias de su vida, que son las que han definido su carácter y su postura ante los acontecimientos. Decir de alguien que es el Ken Follett español o el Pérez-Reverte francés, me parece reducir la realidad a su mínima expresión y denota una simplicidad extrema. Cada autor lleva con él sus experiencias y sus vivencias y no son comparables con ningún otro.

Tras leer El Alfabeto Sagrado me ha sorprendido lo bien que sabes distribuir la documentación en la novela para que los lectores la digieran sin percatarse, ¿cómo lo consigues?
Supongo que es un trabajo de asimilación bastante arduo. Verás, yo ahora estoy documentándome sobre física cuántica. Es evidente que no puedo escribir una novela de ficción, con una trama trepidante, escribiendo sobre los quarks y los cuantos. Alguien podría decirte: “¡Cuantos!” ¿Qué es eso?”.

El trabajo de un autor no sólo consiste en narrar bien; también tiene que dosificar, casi de una forma milimétrica, la documentación que ofrece a sus lectores. Ellos tienen que entender el tema, pero seguir la historia sin perderse, sin tener que volver la página para releer lo leído por falta de compresión. Eso se consigue cuando el autor ha digerido la documentación que forma parte de la novela y, cuando al mostrarla en la obra, lo hace con pequeñas dosis y de una forma que resulte sencilla para un profano.

¿Tu formación académica te ha ayudado para conseguir eso?
Creo que sí. Soy periodista, y una de las cosas que te enseñan muy bien en la facultad es a documentarte. Si amplias tu campo de acción y no sólo buscas bibliografía si no que también te lanzas al trabajo de “campo”, consigues una perspectiva amplia del tema que tienes que tratar. En el fondo, el trabajo de escribir una novela comienza con la búsqueda de la documentación, prosigue con el análisis y el resumen, y finaliza con cómo plasmas eso en la ficción.

Además, piensa que escribir un artículo o un reportaje es contar una historia, como en las novelas, comunicar algo al lector de una forma atractiva con un principio, un desarrollo y un final, sólo que con menos palabras. El periodismo es un buen punto de partida si deseas ser escritor.

Háblame de tus próximos proyectos. Me has comentado que tienes una nueva novela en mente ¿Me puedes adelantar algo?
Más bien poco, y no es por superstición. Aunque muchos escritores prefieren no contar nada por si sus proyectos se “gafan”, no es mi caso. Se trata simplemente de que la obra aún está en mantillas. Apenas si he comenzado a saber por dónde irá la trama y ni siquiera tengo los personajes bien perfilados. Pregúntame a principios de año, quizá para entonces pueda ofrecerte más datos.

Sé que es una pregunta aventurada, pero ¿piensas que El Alfabeto Sagrado será un éxito de ventas?
(Risas) Estoy de acuerdo contigo en que la pregunta es un poco aventurada, y no sé qué pasará con El Alfabeto Sagrado, pero lo que sí puedo confirmarte es que la editorial Temas de Hoy apostó muy fuerte por ella desde el principio y no suelen hacerlo con todas las obras. Además, la acogida que ha tenido la primera edición en pre-venta ha sido espectacular. Ni yo misma me lo podía creer, y por las opiniones de los lectores que ya la han leído, sí puedo confirmarte que la historia está gustando.

Como colofón a esta entrevista, ¿deseas añadir algo?
Déjame que aproveche esta ocasión para enviarles a todos los lectores un saludo desde aquí y que les dé mis más sinceras gracias por las palabras de ánimo que me dedican. Gracias a todos.

28 sept 2009

Diario El Mundo: Los últimos mandeos

El siguiente artículo ha sido escrito por la periodista Mónica G. Prieto y fue publicado por el diario El Mundo el 17 de Marzo del año 2003.
La reportera conoce de primera mano la situación de este grupo gnóstico y redacta una noticia clarificadora:



Cien mil adeptos a esta religión agnóstica y ancestral, la más antigua del mundo, residen en el territorio de Irak / El presidente Sadam Husein les prometió hace dos años la construcción de su mayor lugar de culto en Bagdad

En la modesta almanda de Bagdad, el principal lugar de culto de la secta mandea en todo mundo, huele a incienso y a azúcar. El ambiente es festivo y tranquilo, a pesar de la paranoia bélica que se vive en la capital iraquí desde que, hace demasiado tiempo, los tambores de guerra fueran golpeados con fuerza por Washington.

Los adeptos mandeos, vestidos con bíblicas túnicas blancas y ocres, comienzan el ritual de la purificación en un ambiente místico. Se va a celebrar una boda, una sencilla pero larga ceremonia de tintes ancestrales.

La existencia del mayor núcleo de mandeos de todo el mundo es otra de las grandes contradicciones que se viven en Irak. Se trata de la religión más antigua del mundo, que mezcla ritos babilónicos, preislámicos, persas, egipcios y cristianos. La lengua en la que están escritos sus libros y en la que se ofician las ceremonias es el arameo, la misma que hablaba Jesucristo, y la figura más representativa de los mandeos es San Juan Bautista, aunque su devoción a éste provenga del contacto de la secta con los hebreos.

Perseguidos durante siglos, los adeptos mandeos (palabra que en la lengua aramea, significa sabio) conforman la última sociedad gnóstica del mundo. Su fuerte simplicidad religiosa es maniqueísta: ven el universo dominado por dos fuerzas, el mundo de la luz, situado en el norte, y el mundo de las tinieblas, en el sur.Según sus creencias, la lucha entre ambas produjo el planeta.El mundo de la luz ganó el alma, pero las tinieblas crearon al hombre.

«Sadam Husein fue el primero en traducir nuestro libro sagrado, el Kinza Raba, al árabe», explica Ala Dijlekamar, un iraquí responsable de las relaciones públicas de la secta. «El 10 de febrero de 2001 le fue regalado el primer ejemplar, y a cambio nos prometió la construcción de una inmensa almanda en Bagdad, un regalo que aún no nos ha podido hacer por la actual situación», explica atribulado. Porque el presidente de Irak, un país oficialmente laico que, desde la Guerra del Golfo, se ha islamizado con el objetivo de aglutinar a la población y de suscitar las simpatías de las poblaciones árabes del entorno, sabe ganarse las simpatías de las minorías con fines políticos. «Irak es el país con más comunidades religiosas del mundo, y nos sentimos orgullosos de convivir con ellas», continúa Dijlekamar.

En la antigua Mesopotamia queda el reducto más importante de los mandeos. De los 150.000 que hay en todo el mundo, 100.000 han encontrado lugar en Irak. «Esta es la tierra madre de los mandeos, y rechazamos cualquier otra», explica el representante de la secta.

Los domingos son días de bodas y bautismos, y la almanda de Bagdad se queda pequeña para tanta ceremonia. Ayer, un centenar de personas celebraban algo especial: la unión entre Sahah Alzeheti, un australiano de 20 años llegado a Bagdad para la ocasión, y Sands Asaad, una iraquí de 19 que hace apenas una semana conoció a su prometido.

La ceremonia comienza con un ritual de purificación donde los hombres, ataviados con túnicas blancas, escuchan serios y cabizbajos las palabras de Satar Jabar Hilu, el arganzebra (líder de la comunidad) mundial de los mandeos. Jabar Hilu deposita con cuidado incienso y frutos secos en piedras cóncavas mientras musita su oración. Alguien confiesa que el rito es tan antiguo que ni él puede traducir lo que dice correctamente. Las ramas de Aas, una rara planta aromática que representa el bien, son fijadas a las frentes de los presentes con el turbante, mientras a escasos metros las mujeres, rodeando a la novia, ríen desenfadadas.

Tras ello, la novia es honrada con caramelos de colores, velas, monedas e incienso ante una túnica blanquísima extendida. Mientras, el novio será sometido a una nueva ceremonia en la que el agua y una suerte de pan sin levadura, cocido como hace miles de años, le consignarán a su nueva compañera. La novia comerá del mismo pan, lo que la unirá a él para siempre. Una vez preparados para el matrimonio por separado, cada uno es colocado a un lado de la túnica, cabeza contra cabeza, hasta que el arganzebra les golpee tres veces, con considerable fuerza, las bases de sus cráneos.

27 sept 2009

Cómo y porqué escribí El Alfabeto Sagrado


Suelo tener la mala costumbre de hacer varias cosas al mismo tiempo, con lo que creo que puedo aplicarme el dicho español que dice: “el que mucho abarca poco aprieta”. Sin embargo, mi mente trabaja perfectamente de esa manera y yo ya estoy acostumbrada.

Siendo fiel a esta forma tan peculiar de hacer las cosas, he de confesaros que aún no había finalizado mi anterior novela cuando ya estaba pensando en la siguiente.

A finales del año 2004 ya había trazado el hilo argumental de la historia y comenzaba a conocer a los personajes que se moverían por ella. Sin embargo, sentía que faltaba algo, no conseguía encontrar el hilo conductor que conectase todo lo que quería contar en El Alfabeto Sagrado.

Y la idea llegó durante una comida de trabajo. Como siempre, cuando menos te lo esperas. A lo largo de la conversación comencé a pensar en los mandeos: ellos aportarían la conexión con el presente porque, aunque este grupo religioso hunde sus raíces en la mitología egipcia, han llegado hasta nuestros días conservando sus propios rituales y tradiciones. Al mismo tiempo, me daban la oportunidad de mostrar cómo la intransigencia religiosa de nuestros días intenta hacerlos desaparecer.

Con ellos conseguí redondear mi trabajo y pude comenzar a escribir. Aunque deciros que fue fácil sería mentiros. Desde luego, si resultó gratificante.

Siempre que preparo una novela, decido de antemano todo o casi todo lo que va a suceder y escribo un extenso guión que me sirve de guía fiel para no perderme dentro de la historia; y es que a veces sucede que los escritores nos vemos arrastrados por la propia trama, que cobra vida independiente de nuestro afán creador.
En ocasiones, mientras escribía El Alfabeto Sagrado y estaba enfrascada en narrar, me sorprendía a mí misma preguntándome “¿qué pasará?, ¿cómo saldrá el protagonista de esta encerrona en la que le he metido?” Y él salía sin mi ayuda y me quedaba aún más sobrecogida sin saber cómo lo había conseguido.

Cuando estoy inmersa en la redacción de una novela me sucede que vivo dos vidas, la mía propia y la otra, la que estoy inventando. Y aunque parezca fácil separarlas, en mi mente no lo es. Escribiendo me olvido de mí y me centro en mis creaciones y estoy tan inmersa en la narración que formo parte de ella hasta el punto de que me absorbe y ya no vivo mi vida, si no la de los personajes que pueblan la obra. Es difícil describirlo, y aunque muy diferente a cualquier otra vivencia, resulta curioso sentir que tienes el poder de cambiar la historia y al mismo tiempo la historia te está cambiando a ti. Es entonces cuando me pregunto, "¿quién crea? Yo, o la historia". Porque puedo aseguraros que en un punto de la narración, la novela cobra vida y dirige sus propios designios y tú sólo puedes escribir lo que ella te dicta.
Esta ambivalencia en el poder me sorprende y me maravilla y, aunque disfruto documentándome y combinando ideas para crear una historia, lo que realmente me deja sin palabras es el proceso creador de contar una historia.

Por cierto, deciros que originalmente el título elegido para el libro fue Abagada, el Alfabeto Gnóstico. Reconozco que me gustaba la palabra "Abagada", me resultaba sonora y fácil de recordar y, para todos los que ya os hayáis leído la novela os será, además, muy familiar; pero, si aún no lo habéis hecho, estareis de acuerdo conmigo en que es sencilla e intrigante al mismo tiempo.

Con todo ello, y sin importar el título, espero que os guste El Alfabeto Sagrado y que disfrutéis con su lectura tanto como yo lo hice con su redacción.

Gemma Nieto

25 sept 2009

Más Allá sortea 5 "alfabetos sagrados"


Más Allá de la Ciencia, la revista mensual en la que Javier Sierra fue director, sortea este mes cinco ejemplares de El Alfabeto Sagrado. Más Allá, en su página siete, a la izquierda, ha publicado una imagen de la portada del libro y las bases para participar en el sorteo. Le he prometido a su redactora jefe que firmaré de mi puño y letra esos cinco ejemplares y que los dedicaré especialmente a los ganadores. Espero ver vuestros nombres entre ellos
¡Os deseo mucha suerte!
Nota: ¿otra "casualidad"? Más allá ha decidido sortear 5 de mis novelas entre sus lectores el mismo mes que cumplo años, octubre. Estoy comenzando a creer en los "hados", porque haberlos "haylos", como las meigas. :D

23 sept 2009

Diario El Mundo: artículo de Javier Espinosa


Javier Espinosa es un periodista de reconocido prestigio que ha sido enviado especial a numerosas zonas del planeta que se encuentran en estado de guerra (declarada o no). Una de ellas ha sido Irak.

Transcribo una parte de su reportaje La masacre de los yezidis, publicado en el diario El Mundo el 21 de Mayo de 2007. Es un documento trágico sobre la situación de las minorías religiosas en Irak tras la invasión norteamericana:

La masacre de los yezidis / Javier Espinosa

[...]«Algunas de estas comunidades (religiones minoritarias) -que han estado presentes en Irak durante miles de años- enfrentan el riesgo de desaparecer para siempre de su tierra ancestral», escribía en febrero el Grupo Internacional de los Derechos de las Minorías (GIDM) en un prolijo informe sobre la devastadora crisis que enfrentan estos colectivos religiosos y étnicos.
La investigación advertía de que las minorías están sufriendo «un nivel de violencia y terror horripilante» que ha provocado un «enorme éxodo» hasta el punto de que sin ser ni el 10% del total de población del país, representan el 30% de refugiados en el extranjero. Según el Ministerio de Desplazados, la estampida es tal que ya han abandonado la nación el 50% de los miembros de estas congregaciones.

El documento del GIDM recogía datos tan aleccionadores como el casi absoluto ocaso de los judíos del país -en septiembre de 2006 quedaban menos de 15 en Bagdad-; la crítica situación de los mandeos -sólo permanecen 5.000 de los 35.000 que habían en 2003-; o la fuga masiva que protagonizan cristianos, refugiados palestinos o shabaks.
[...]
Por su parte, la Liga Nacional de Mandeos estimó que sólo entre el 22 octubre de 2003 y el 17 mayo de 2004 fueron asesinados 540 acólitos de esta fe; otros 33 cayeron abatidos por tropas americanas y 118 sufrieron un secuestro. «La guerra en Irak ha sido una gran catástrofe para nuestra gente. Efectivamente está en peligro la propia existencia de nuestra comunidad», reconoce en Erbil, Sattar Jabar Helu, el líder de los mandeos, un culto milenario que sigue las enseñanzas de San Juan Bautista, pero que no admite como profetas ni a Jesús ni a Mahoma.

Mujeres violadas
El jeque Jabbar al Hilew es uno de los seis clérigos mandeos que permanecen en Irak. «Antes de la guerra eramos 29», indica. «Han matado a centenares en Bagdad, a 35 familias en Faluya las obligaron a convertirse al islam después de amenazarlas con exterminarlas, tenemos que practicar nuestras ceremonias [normalmente se celebran en ríos] casi de manera clandestina. Sólo nos queda encomendar nuestra suerte a Dios», dice el religioso.

El Grupo de Derechos Humanos Mandeo (GDHM) ya alertó en junio de 2004 sobre las exacciones que estaban sufriendo los miembros de este credo y en especial sobre los numerosos casos de mujeres violadas. Quizás el caso más estremecedor que documentaron fue el de Shayma, mandea de 23 años raptada en Bagdad en mayo de 2004. Los radicales la violaron repetidamente y torturaron durante ocho días. «Mientras abusaban de mí gritaban: '¡Eres una infiel! ¡Todo lo que tienes incluida tu vida nos pertenece!'», explicó la chica a GDHM.

La persecución de las minorías está provocando una auténtica recomposición demográfica de Irak. Así, mientras que los mandeos de Bagdad -allí se encontraba uno de sus reductos- han pasado de 1.600 familias a 150, en Erbil se asiste al nacimiento de una floreciente comunidad que ya engrosan más de 300 seguidores de esta fe.

La familia Saadi se instaló en la ciudad kurda en julio de 2006 huyendo de la capital iraquí. Raam, de 25 años, y su hermano Saam, de 23, se encargan ahora de regentar la pequeña joyería que han abierto cerca del centro de la urbe. «Nos trajimos las máquinas y hasta los empleados, que también son mandeos. En Irak hemos asistido a cuatro años de destrucción mientras que aquí [Kurdistán] se dedican a construir», observa el muchacho mientras termina de dar forma a un brazalete dorado [...].

21 sept 2009

A la vista en las librerías

Las cosas que realmente merecen la pena siempre se han hecho esperar. Y en esta ocasión no iba a ser menos. Creo que llevaba mucho tiempo soñando con ver ejemplares de mi novela en los estantes de las librerías y al final lo he conseguido. Aquí cuelgo esta fotografía de un mostrador en El Corte Inglés de Velázquez. Tenían una "columnita" de ejemplares de El Alfabeto Sagrado. Todavía no ocupo el stand entero, pero es que había que dejar sitio a los otros autores ¿no? :D

20 sept 2009

Perfil

Decía Stephen King que para escribir bien había que leer mucho y escribir mucho, y de Gemma puede asegurarse que ha hecho ambas cosas. Y ¿por qué? Dice que lee por que le gusta, porque le ha mostrado otros mundos, otras vidas; pero, sobre todo, porque le ha enseñado otra forma de entender esos mundos y esas vidas. Y por ese mismo motivo escribe, porque desearía devolver todo lo que ha recibido al mayor número posible de personas.

Las novelas de Gemma están dirigidas hacia un público muy amplio, su prosa no es elitista. Ella escribe para todos aquellos que estén interesados en entretenerse, en distraerse, pero sin olvidar que todavía podemos ayudar a quien lo necesita. Buena literatura con trasfondo social.


Para conseguir eso era necesario que comprendiese las diferentes formas de escribir y de comunicarse con el lector: ha leído novela negra, ciencia-ficción, best-sellers americanos, casi siempre obras de acción, de trama vibrante, que al final han influido de manera notable en las suyas propias. Podría decirse que es heredera y deudora de la generación actual de escritores estadounidenses adaptada, eso sí a las tendencias españolas.

Su obra capta al lector desde las primeras páginas sin permitirle abandonar la lectura hasta el final. Encadena cada uno de los capítulos con el siguiente dejando abierta la puerta a nuevas preguntas sin respuestas. Crea en el lector la necesidad de continuar leyendo para descubrir esas respuestas que tanto desea conocer.

La prosa es limpia y directa, la autora se olvida de utilizar barroquismos innecesarios haciendo uso de un lenguaje sencillo, que no simple, siempre correcto y concreto. Y eso, unido a que sabe cómo ponerse en la piel del lector cada vez que tiene que incluir algo de la extensa documentación que utiliza, provoca que nunca sea necesario volver a la página anterior para saber qué nos está contando.

Es probable que sea un efecto de otra de sus grandes aficiones, la historia. La novela histórica forma parte muy destacada de su biblioteca particular: Sinuhé, el egipcio, Creación, Yo Claudio, El vellocino de oro, El muchacho persa, Los últimos días de Pompeya, Juliano el apóstata,... son obras de grandes escritores de la talla de Gore Vidal o Robert Graves que han sido decisivos para que la historia forme parte destacada de su propia narrativa. Pero, como tantas otras cosas, también la historia ha sido adaptada al lector de hoy en día y se trata de una historia que la autora ha leído, aprendido y asimilado para después devolvérsela al lector de una forma sencilla. Por eso, en El Alfabeto Sagrado, nadie conoce a los mandeos hasta que comienza a leer. Cuando cierra el libro se ha convertido en todo un experto; sin esfuerzo, sin apenas darse cuenta porque la documentación se integra en la obra de un modo natural.

En ocasiones la acción de leer se convierte en ver, en visionar; y El Alfabeto Sagrado es como una de las películas que tanto admira la autora, como las de Indiana Jones, La momia, Las minas del rey Salomón o Piratas del caribe; pero también pueden observarse indicios de una mayor profundidad en el tratamiento de los temas o en la estética que desarrolla que nos hacen pensar en Los diez mandamientos o en Quo Vadis. Los paisajes, incluso los personajes, a veces están imbuidos de un cierto romanticismo añejo que nos recuerda a Mogambo o, incluso, a Casablanca.
Nada se ha dejado al azar, todo ha sido estudiado, quizá en ocasiones con exactitud paranoica, pero eso convierte a El Alfabeto Sagrado en una novela de lectura ágil y sencilla donde los personajes encajan con la trama y la historia ameniza y entretiene sin mayores pretensiones... o quizá sí; porque Gemma ha escrito la obra con dos ideas muy claras en la mente: devolver su antiguo esplendor al Museo Arqueológico de Bagdad y salvar a la secta mandea.

Al primero le gustaría verlo como era antes de los saqueos, antes de la invasión norteamericana, cuando se exponían en sus vitrinas objetos que nos han hecho como somos. La historia que guardaba en sus salas hablaban del origen de la Humanidad; sí, de la Humanidad con mayúsculas. Las piezas mesopotámicas, asirias y babilónicas pertenecían a nuestro origen como sociedad. Son tan anteriores a todas las dinastías egipcias, que hasta ellas han copiado parte de su panteón religioso y de su ciencia.

Los sumerios nos enseñaron a contar el tiempo en segundos, en minutos y en horas; nos dijeron cómo escribir con palabras, como desplazarnos con la rueda, incluso la leyenda del Diluvio Universal es suya, no de nuestra Biblia. Fue todo un ejercicio de hipocresía que las mejores piezas del museo fueran robadas por encargo expreso de coleccionistas de arte de Londres, París o Nueva York.
Y con respecto a los mandeos... para ellos Gemma pide otro tipo de humanidad, con minúsculas, pero no por ello de menor calibre. Se habla poco sobre ellos, nada en España, y sin embargo han llegado hasta las Naciones Unidas, tienen organizaciones y asociaciones en defensa no ya de sus derechos, si no de su propia vida. Porque, tras la invasión de Irak esa vida se ha vuelto muy barata: resulta relativamente sencillo asesinar a un mandeo, violar a sus mujeres u obligarlas a convertirse forzosamente al Islam. Para ellos la autora desea reconocimiento y ayuda. Constituyen el eje clave de toda su obra porque cree que escribir sobre ellos de forma novelada puede ayudarlos a salir del anonimato y a colocarlos en la primera fila de los noticiarios. Conocerlos y entenderlos puede significar la diferencia entre su vida o su muerte.

No en vano su libro de cabecera es un canto a la vida, La vieja sirena, de José Luis Sampedro. Y a su lado descansa La sonrisa etrusca. Porque ella dice que “siendo obras para pensar, también son libros para vivir. En realidad, todos los libros del viejo Sampedro destilan vida por los cuatro costados. Yo diría que son Vida en estado puro. Y eso, precisamente, es lo que representan los mandeos”.

En resumen, Gemma ha descubierto cómo escribir novelas con un trasfondo humano y social, pero también actuales, llenas de acción, con una trama trepidante; tan visuales que parece estar asistiendo al estreno de una película en donde nada es superfluo y el menor dato importa, porque el lector forma parte de la obra y él, paso a paso, también podrá esclarecer los misterios que la autora propone.

19 sept 2009

Antonia J. Corrales, amiga de El Alfabeto Sagrado


Es imposible que exista una persona más desinteresada y buena que Antonia J. Corrales. En su blog ella dice de sí misma: "poco se puede decir de mí..." Discrepo de su opinión, es mucho lo que se puede decir sobre ella y todo lo que puede hablarse es bueno. Si deséais conocer a una persona buena de verdad, como las definía Antonio Machado, no dejéis de pasaros por su blog personal.

Y un consejo, su último libro, La Décima Clave, hará las delicias de todos vosotros. Se trata de una novela escrita en clave intimista, a medio camino entre un thriller histórico, una obra de suspense y la novela negra. Navega de forma magistral entre un buen puñado de géneros que la hacen inclasificable. Nunca he sentido tanto vértigo al leer un libro en el que la acción es trepidante sin que su autor haga correr a uno solo de los personajes. No podéis dejar de leerla. Creedme, es un buen consejo.

18 sept 2009

Realidad o ficción, para todos aquellos que ya habéis leído la novela


Aunque la palabra novela encierra en sí misma el significado de ficción, en todas y cada una de las historias que se cuentan hay huellas de verdad. El Alfabeto Sagrado también está basado o, más bien, asentado con firmeza, en un terreno muy seguro, el de los datos reales que lo sustentan.

Para el lector siempre es difícil separar «lo que es» de «lo que no es» y he decidido escribir este artículo para aquellos que quieran ir más allá y conocer los hechos reales.
Gran parte de la obra nos introduce en el mundo de los mandeos, una secta gnóstica que todavía pervive en Irak y al sur de Irán. Estos hombres y mujeres existen y cada vez les resulta más difícil poder desenvolverse con normalidad en los países en los que viven. Sufren persecuciones y reciben castigos que no merecen. Ellos sólo piden que les dejen integrarse y que respeten sus derechos. Todo lo que se ha contado en la novela sobre ellos, sobre sus liturgias religiosas y sus costumbres es cierto. El bautismo es uno de sus rituales principales y lo realizan en agua corriente, que fluye, es el agua viva; los sacerdotes leen pasajes sagrados y disponen la bandera ritual, el drabsa, delante de ellos; elaboran petha, el pan sagrado, aunque el sacerdote suele traerlo ya preparado de casa; encienden un fuego ritual al que añaden constantemente incienso y sacrifican algunas aves; van vestidos con el rasta, su ropa ritual y, en verdad, parecen salidos de un mundo olvidado hace dos mil años que nos recordaría a Juan el Bautista en el río Jordan.
También es verídica la existencia de cuencos mandeos de encantamientos y de pequeños amuletos de la suerte. Algunos de ellos pueden observarse en el Museo Británico de Londres, aunque cuentan con colecciones y exhibiciones en otras muchas partes del globo. El cuenco atrapademonios, del que habla, El Alfabeto Sagrado, con la figura femenina en el fondo sujetando un escorpión y una serpiente, lo ofrecía la galería Abraxas y ha sido vendido hace poco por unos seiscientos euros. Hoy está en manos de algún afortunado coleccionista.
Con respecto a varios eruditos y personajes que se mencionan en la novela, he de reconocer que son personas reales, de carne y hueso, que a fecha de hoy están vivas y realizan sus trabajos con profesionalidad, como el padre Linus, sacerdote que reside en el monasterio de Santa Catalina y a cuyo cargo está su biblioteca, aún hoy continúa digitalizando los textos que encierran las murallas de la abadía; Joe Zias, renombrado antropólogo físico que descubrió la verdadera inscripción en la tumba de Absalón, así como una segunda; Émile Puech, lingüista que le ayudó en su desciframiento; Shimon Gibson, arqueólogo de Tierra Santa descubridor de la Gruta del Bautista, con su piscina ritual al fondo y la figura del santo grabada en la pared aunque, eso sí, demasiado alta para que Victor, estando arrodillado, pudiera recoger el amuleto; el doctor Oren Gutfeld, que siguió los pasos de John Allegro y continuó excavando en el valle de Acor, tras la misteriosa visita del piloto de Continental Airlines, con su aire acondicionado construido con un aspirador de hojas de jardín y un tubo de aluminio; Sinclair contrató al mejor abogado de Jerusalén para defender a Martin en un supuesto juicio, habló con Barry Michael Zinn que en realidad es uno de los mejores que posee la ciudad; John Tait, del University College de Londres, y el metalúrgico Robert Feather, verdadero autor de la conexión egipcia con los esenios del Mar Muerto que descubrió que entre las catorce letras griegas del Rollo de Cobre se ocultaba el nombre de Akenatón, o los pesos y medidas egipcios usados por los que escribieron el manuscrito.
El Rollo de Cobre es un texto descubierto en el asentamiento esenio de Qumrán junto al resto de sus manuscritos y describe sesenta y cuatro localizaciones donde encontrar increíbles tesoros; actualmente se conserva en el Museo Arqueológico de Amán, en Jordania, y puede ser visitado por todo aquel que lo desee. Todas las características que se describen de él, como su extraordinaria pureza del noventa y nueve por ciento, la dificultad de su lenguaje o los errores en su texto son ciertas.

Muchos han sido los eruditos que han intentado descubrir los lugares que describe, sin éxito. Allegro fue el primero, después de él han venido muchos otros. Deseaban encontrar el Rollo de Plata, aquel que contenía con más detalle la ubicación de todos y cada uno de los tesoros, pero hasta la fecha no han obtenido ningún fruto.
La tumba T1000 existe y se localiza en el cementerio norte de Qumrán, es tal y como se refiere en la novela. Hasta la fecha ha sido el enterramiento más extraño descubierto en todo Israel. De hecho, hace poco se analizaron los huesos que contenía el ataúd de cinc y, mediante la prueba del carbono 14, se descubrió que eran restos pertenecientes a tres personas que habían vivido hacía cuatro, tres y dos mil años respectivamente. Tres cadáveres diferentes con un intervalo de mil años entre cada uno, ¿quién conservaría unos huesos durante mil años para enterrar a alguien junto a ellos?, ¿y quién esperaría otros mil años para poner un tercer cuerpo en el ataúd? Pero quizá la pregunta clave sea: ¿qué personajes podían ser tan importantes para que un grupo cargara con sus restos durante dos mil años con el fin de enterrarlos juntos? La respuesta puede constituir el tema central de una nueva novela.

Desde luego no fueron los mandeos los que enterraron a esos hombres; aunque su mitología les concede un origen muy antiguo, sólo indica que proceden de Egipto, y celebran el Banquete de los Egipcios para conmemorarlo. Ya lo apuntaba la señora Drower en sus numerosas obras dedicadas a ellos.
Ethel Stefana Drower fue una dama excepcional. Cuando su marido, Sir Edwin Drower, fue enviado a Irak como consejero judicial para el gobierno británico en 1922, ella le acompañó al país. Y allí comenzó a interesarse por una secta gnóstica que habitaba los pantanos al sur de Basora, los mandeos; aunque también estudió en profundidad a los yazidim, sobre los que escribió un interesante volumen, The Peacock Angel. Sin embargo, su mayor interés se centró en los mandeos, de los que nadie había oído hablar en Occidente, a excepción de un grupo de misioneros jesuitas en el siglo XVII. Se ganó su confianza y consiguió que le permitieran recopilar sus textos sagrados y traducirlos al inglés: el Ginza, el Qolasta, el Libro de las 1012 Preguntas, el Libro de Juan, así como documentar su forma de vida y sus costumbres.

Cuando Sir Edwin Drower retornó a Inglaterra para continuar su carrera diplomática en su propio país, ella regresó con él, pero volvía cada verano a Irak para proseguir sus estudios. En realidad había quedado fascinada por una cultura ancestral tan diferente a la suya.

Ethel Stefana dejó un legado cultural ingente en el que han basado sus investigaciones los eruditos posteriores y aún hoy, casi cuarenta años después de su muerte, todavía continúa estando de actualidad.

Sin embargo, ni Lady Drower ni los mandeos afirmaron nunca tener tratos con Akenatón. De hecho, tampoco tuvieron contacto con los esenios de Qumrán aunque, eso sí, recorrieron las tierras de Jerusalén al mismo tiempo que ellos.
Las «casualidades» existentes que se mencionan en la novela entre los esenios, los mandeos y Amarna son «casualidades» reales: la ubicación de la T1000 esenia está orientada al este, así como Qumrán y el Gran Templo de Atón en Egipto; hay similitudes evidentes entre algunas raíces ortográficas mandeas y otras egipcias; el dios Ptah y el Ptahil de los gnósticos; las analogías del calendario egipcio y el mandeo; o la creencia en un único dios por parte de los tres grupos.

Después de todo, los mandeos fueron expulsados de Tierra Santa a la muerte de su profeta Juan el Bautista. Los esenios tuvieron más suerte, contaron con un barrio propio en el monte Sión, que hacía dos mil años se encontraba dentro de las murallas de Jerusalén. Un equipo del doctor Shimon Gibson está llevando a cabo una campaña arqueológica en su distrito y han descubierto algunas monedas y piezas de la época; incluso sus propias piscinas rituales, que no hay que confundir con aquella otra de los monjes ortodoxos que Victor y Said asaltan en la novela, y que también existe.

Juan el Bautista es una figura fundamental en gran parte de la obra, los primeros capítulos giran en torno a él, como gira el pueblo de Ein Kerem totalmente dedicado a su memoria. La iglesia de la Visitación y la del Nacimiento del Bautista son tal y como se describen en la novela, así como la mezquita que contiene en sus bajos la Fuente de María. También es real la Capilla Sur donde el doctor Isaac (un personaje de ficción) descubre los baños mandeos, aunque no se puede visitar debido a su falta de seguridad y, además, no está totalmente desenterrada. Y por supuesto, los baños no son mandeos.

La Historia no nos ha legado ningún resto mandeo en forma de iglesia, cementerio o baño ritual, como tampoco han diseminado las letras de su mágico alfabeto por Tierra Santa grabándolas en edificios y monumentos. Su verdadero y principal tesoro es el Ginza, que les ha acompañado siempre.
Todos los lugares descritos en la novela existen tal y como se describen: los hoteles en Jerusalén, El Cairo o en Al Minya; los monumentos, las tumbas de Absalón o Zacarías y las ruinas de Qumrán y Amarna, aunque el Gran Templo de Atón aún no ha sido totalmente rescatado de las arenas del desierto y sería muy difícil para un profano localizar su sanctasantórum; el bello barrio de Yemin Moshe, con sus calles empedradas y su molino de viento; la comisaría de Jerusalén al lado de la Puerta de Herodes o los consulados italiano y británico al que, por otro lado, jamás se le hubiera ocurrido inmiscuirse en las decisiones policiales de Israel; o el mismo café Tmol con su maravilloso filete de salmón o su infusión especial también llamada Tmol; el cementerio Jerusalem View, donde fue enterrado Isaac, todavía dispone de espacios vacíos entre sus quinientos nichos; y a la estación cairota de Mahattat Ramses le falta su colosal estatua, retirada a principios del 2007 por orden de Zahi Hawass, secretario del Consejo Superior de Antigüedades de Egipto.

Muy a mi pesar, no son reales ni la casa-museo de Said, ni su azotea, en donde tan largas y fructíferas conversaciones mantuvo con Victor mientras se maravillaban del sol cambiante en la buganvilla rosada.

También pertenece al reino de la fantasía la Asociación de los Cristianos de San Juan, con su edificio en la zona nueva de Jerusalén.
El poder de los sonidos, de la música o de las palabras se vislumbra ya con el Himno al Bautista, que Paulus Diaconus inventó y que Guido d’Arezzo utilizó para obtener las siete notas musicales, las que mueven el mundo, la música del universo.

Los sonidos y las palabras constituyen otro eje principal de la novela y entroncan con la magia mandea que, aunque es poderosa, da inicio a la ficción.

Los sacerdotes mandeos jamás realizarían ningún ritual como el que Zakaria Asgari y sus acólitos llevan a cabo en la Gruta del Bautista. Sin embargo, ellos mantienen que su alfabeto es mágico y sagrado, por eso hacen repetir de memoria a los tarmidas sus textos religiosos hasta que los entonan en un perfecto mandeo clásico. Cada una de sus veinticuatro letras posee una fuerza encerrada en sí misma. La primera y la última «a» representa la Perfección, el Comienzo y el Final de todas las cosas.

Quizá el mandeo clásico se trate de la lengua más antigua que aún puede escucharse como se hacía en tiempos de Jesús, con sus sonidos fuertes y oclusivos. Las leyendas mandeas sobre el origen del universo nos dicen que lo primero en crearse fue el abagada, sin él nada podía ser dicho.
Existe un paralelismo con el Evangelio de San Juan en el Nuevo Testamento cuando nos cuenta que la palabra creó el universo: «En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el verbo era Dios.» Dios creó el mundo con el poder de las palabras. Simplemente dijo «hágase la luz» y la luz se hizo.

El verbo, el lenguaje, con una capacidad para cambiar realidades y crear otras nuevas, con una energía contenida en su interior esperando a ser liberada. Las palabras, capaces de transformar el mundo, de emocionarnos o de transportarnos a lugares mágicos y misteriosos.

Ya Heráclito de Éfeso, un filósofo griego que vivió alrededor del año 500 antes de Cristo, dijo que «el principio de todo lo existente es el logos» y que «el lenguaje, el logos, es lo que transforma el caos, es lo que le da el sentido». Cuando hablamos transformamos ese caos, le damos sentido a la realidad y tenemos la posibilidad de transformar con nuestras palabras lo que nos rodea, a nosotros mismos e, incluso, a la verdad.

Existe una antigua expresión hebrea que dice «avara ha d’avara» que significa que mientras hablo estoy creando. Tras su cautiverio en Babilonia sobre el año 600 antes de Cristo, los persas copiaron la expresión como «abracadabra», que ha llegado hasta nuestros días. Abracadabra, que abre puertas, que te ofrece nuevas posibilidades.
Victor ya ha dicho abracadabra. Ahora asistiremos a una profunda transformación que pondrá en tela de juicio las premisas fundamentales sobre las que hemos basado nuestros últimos veinticinco siglos de andadura. Estamos asistiendo a la clausura de un período fundamental de la historia de la humanidad y al nacimiento de otro nuevo.

Quizá sea el cuarto y último ciclo de la tradición mandea; o quizá, Victor haya abierto una nueva caja de Pandora utilizando una sola palabra, abracadabra, y ahora el mundo nos ofrezca infinitas posibilidades para cambiarlo. ¿Hacia dónde lo guiaremos? Las palabras son nuestras, el poder está en nuestros labios. ¡Movamos las montañas!

16 sept 2009

IPS: "Minorías acorraladas en Irak"


La agencia de noticias Inter Press Service (IPS) publicó en el año 2007, cuando yo todavía me estaba documentando para mi novela, el artículo que os presento hoy. Se trata de un texto que habla con voz clara y alta de las consecuencias que trajo para Irak la invasión norteamericana: desde el problema con las antigüedades y  los yacimientos arqueológicos, como la masacre a la que han estado sometidas desde entonces las minorías religiosas del país. Sin más dilaciones, demos paso a la pluma de la prestigiosa periodista Ellen Massey.


WASHINGTON, ago (IPS) - Las comunidades minoritarias de Iraq piden a Estados Unidos que proteja el diverso patrimonio religioso de ese país, o sus grupos serán diezmados en la lucha de poder interno.

En los meses previos a la invasión liderada por Estados Unidos, en marzo de 2003, eruditos de todo el mundo urgieron a Washington a que tomara medidas para proteger el valioso patrimonio arqueológico iraquí. Sin embargo, en medio del caos, hubo saqueos de museos y de otros sitios culturales.

Ahora, las advertencias de las comunidades minoritarias en Iraq, preocupadas por su supervivencia, también se hacen oír.
Un movimiento de grupos minoritarios pidió a Estados Unidos que apoyara la creación de una provincia semiautónoma, con seguridad extra, para convertirla en un refugio seguro cerca de las llanuras de Nínive, al noroccidente de Mosul.

La semana pasada, cuatro iraquíes y un sacerdote anglicano dijeron ante la Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos que cristianos, judíos, asirios, yazidis y mandeos iraquíes enfrentan la exterminación en su tierra a medida que aumenta la violencia en Iraq.

El reverendo Canon Andrew White preside la Fundación para la Reconciliación y la Reconstrucción en Medio Oriente y es vicario de la iglesia anglicana de San Jorge en Bagdad, la última de esa confesión que queda en la capital iraquí.

White dijo a la Comisión que en los últimos tres a cuatro meses la situación se ha deteriorado considerablemente para las minorías de Iraq.

Describió cómo los asirios viven literalmente en el piso de las iglesias de su comunidad en Bagdad y cómo 36 miembros de su congregación fueron secuestrados en una sola semana. Sólo uno de ellos regresó.
Estas comunidades son específicamente tomadas por objetivo por las milicias, porque son vistas como particularmente cercanas a las fuerzas de ocupación. Los musulmanes radicales acusan a los cristianos de practicar una religión occidental y adherir a tradiciones inmorales.

Pascale Warda es otra residente en Iraq que testificó ante la Comisión. Pertenece a la fe cristiana caldeo-asiria, que constituye la más grande de las minorías religiosas de Iraq.

Los asirios, que originalmente constituían alrededor de cuatro por ciento de la población, ahora representan 40 por ciento de los iraquíes que huyen de su país.

Warda vive en Bagdad y se desempeña como presidenta del Centro de Mujeres para el Desarrollo. Su testimonio, leído por un intérprete, describió historias de horror sobre la persecución que sufren las mujeres cristianas en Bagdad.

"Alrededor de 30 iglesias fueron destruidas, hubo sacerdotes secuestrados, asesinados y decapitados. Las mujeres cristianas son forzadas a ocultarse bajo el hijab (pañuelo tradicional) islámico, una práctica rechazada incluso por una gran cantidad de musulmanas", dijo Warda.

Los mandeos iraquíes también estuvieron representados en las audiencias.
El doctor Suhiab Nashi es un pediatra nacido en Bagdad que vive en el oriental estado estadounidense de Nueva Jersey y que defiende a la reducida población mandea de Iraq.

El mandeísmo es una fe pacifista que sigue las enseñanzas de Juan el Bautista. Sus adherentes han vivido en lo que ahora es Iraq durante miles de años, pero en estos días enfrentan a escuadrones de la muerte que "matan personas según sus apellidos y filiaciones religiosas", testificó Nashi.

"Los mandeos son apuntados por ambos lados", dijo, refiriéndose a los musulmanes chiitas y sunitas en Iraq.

Michael Youash es el director del Proyecto de una Democracia Sustentable para Iraq, organización con sede en Washington. Como los otros testigos, Youash dijo claramente que Estados Unidos no está haciendo lo suficiente para proteger a las poblaciones vulnerables.

Youash describió el más reciente informe anual del Departamento de Estado (cancillería) sobre libertad religiosa en el mundo como "casi deliberadamente negligente en relación a la situación de las minorías", y se refirió a la violencia contra los grupos religiosos más pequeños como "limpieza étnica suave".

La Mesopotamia fue cuna de las civilizaciones sumeria, los asiria y babilónica. Fue epicentro cultural para los comienzos del Islam y el Imperio Otomano. Las tradiciones de las minorías que heredaron esta cultura son una de las bases de la sociedad iraquí, dijo el testigo.

Pero ahora estos grupos constituyen un número desproporcionado de las víctimas y refugiados, tanto dentro del país como fuera de fronteras. Un informe del año pasado del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados calculó que un tercio de las personas que huyen de Iraq pertenecen a comunidades minoritarias.

Estos incluyen a yazidis, bahais y shabaks, todos los cuales son víctimas de violencia y desplazamientos que amenazan su existencia.

La diminuta población de judíos que todavía existe en Iraq fue tomada como referencia por White más de una vez. Se trata de una de las poblaciones más antiguas de judíos en el mundo, y su número se redujo a menos de 100 desde 2003.

"Conozco a cada uno de los judíos que quedaron", dijo White.

Aunque esta Comisión se centró exclusivamente en las minorías religiosas, hay miles de otras poblaciones minoritarias, como palestinos, turcomanos, armenios, romanos y persas, que también son perseguidos en medio de la guerra sectaria que vive Iraq.

La Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos formula recomendaciones políticas al presidente, al secretario de Estado (canciller) y al Congreso legislativo.

A comienzos de este verano boreal, la Comisión dio a conocer su informe anual. El reporte indicó que, por primera vez desde la caída de Saddam Hussein en 2003, la libertad de culto en Iraq está amenazada.

El documento señala que la mayoría de los abusos son perpetrados por pandillas y milicias sectarias, pero también subraya que el gobierno de Iraq tomó parte en algunas de las violaciones, ignorando los ataques a sunitas y a otras minorías religiosas.

La audiencia mencionó algunos de los temas controvertidos que rodean a la guerra en Iraq. El comisionado Richard Land, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa, brazo de políticas públicas de la Convención Bautista Meridional, preguntó qué ocurriría si hubiera una reducción de fuerzas estadounidenses en Iraq.

"Habría más derramamiento de sangre en las calles. Pero también tenemos que enfrentar el hecho de que el ejército estadounidense prácticamente no hace nada para proteger a las minorías", respondió White.