Javier Sierra se encuentra entre los amigos de El Alfabeto Sagrado por derecho propio y por ser una persona extraordinaria. Y no me refiero a sus logros literarios que entiendo que conocéis de sobra. Hago referencia a él como persona, a su humanidad y a su carácter franco y abierto. Cuando alguien te tiende una mano sin concerte siquiera, sólo se merece palabras de gratitud y son, precisamente ésas, las que obtendrá de mí.
Supongo, quizás por su discrección, que él prefiriría que hablase de sus obras en lugar de hacerlo sobre él y que, en caso de hacerle caso, desearía que lo hiciese de La Dama Azul o de La Cena Secreta... sin embargo, yo prefiero hablar de otro libro, aquél gracias al cuál le conocí: En Busca de la Edad de Oro, una obra que a él le abrió un hueco en el mundo literario y que a mí me dará mucho juego en un futuro, un nuevo motivo para apreciar más a este gran hombre con el que estoy en deuda y al que ya debo unos cuantos favores...
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