Acudieron representantes de los medios de comunicación más importantes del país y la autora pudo hablar ampliamente de los mandeos y comenzar a darlos a conocer en España, como era su deseo. Los periodistas reunidos se mostraron muy interesados por este grupo gnóstico que aún pervive y por las dificultades que está atravesando en la actualidad.
Fue una reunión agradable en la cual su autora, Gemma Nieto, nos comentó alguna de sus interesantes leyendas, como la de su alfabeto; gracias a la cual la novela se tituló El Alfabeto Sagrado.
Para los mandeos, su alfabeto es mágico y sagrado; por eso, aunque ellos se comunican entre sí con el mandeo, los sacerdotes utilizan un lenguaje mucho más antiguo, el conocido como mandeo clásico, que sólo ellos pueden ententer. Es el alfabeto en el que están escritos sus libros sagrados, ente los que se encuentra el Ginza, que significa tesoro.
También utilizan las letras de su alfabeto para escribir conjuros y encantamientos dentro de pequeños cuencos que son como tazones de sopa; lo hacen con el fin de alejar a los demonios de las casas para que dejen tranquilas a las familias que viven en su interior. Uno de esos cuencos atrapa-demonios es el que se utiliza en la novela como hilo conductor de toda su trama.
Los mandeos hunden sus raíces en la antigüedad remontándose hasta la época egipcia y habitaron Jerusalén durante el primer siglo de nuestra era, cuando Juan el Bautista predicaba en el río Jordán. Ellos afirman que le conocieron y parte de su liturgia está imbuída por su espíritu. De hecho, le convirtieron en su cuarto y último profeta y dicen de él que vino al mundo a sanar enfermos y a resucitar a los muertos. Casi todas las características que la tradición cristiana atribuye a Jesús, excepto la de la divinidad, son las que los mandeos conceden a su profeta Juan.
El Alfabeto Sagrado utiliza sus ritos y costumbres para llevar al lector de la mano en una obra de acción trepidante que no podrá dejar de leer. Sin embargo, muy al contrario que otras obras de este tipo, la novela de Gemma Nieto está bien cimentada en una sólida documentación que le llevó reunir más de dos años. Todos los escenarios que se mencionan en el libro son verídicos y resulta muy difícil poder separar la ficción de la realidad porque a veces resulta más creíble la novela que esa misma realidad.
Se tratra de una obra que absorbe al lector desde el primer momento y no le permite abandonar la lectura hasta el final, una novela en donde la acción está perfectamente dosificada y las tramas se entrelazan con tal maestría que lo único que puede hacer el lector es... leer.
"Espero de todo corazón que la disfrutéis, como ya lo han hecho todos aquellos que la han leído."
0 comentarios :
Publicar un comentario